El emprendimiento científico innovador como motor de crecimiento sistémico

26 Octubre 2021

Las empresas Spin-Off del BSC, en conjunto, generan alrededor de 100 nuevos puestos de trabajo en Barcelona.

¿Es la ciencia un motor económico para Barcelona? Desde 2017, Catalunya es la región con mayor número de compañías innovadoras del total del Estado, y se posiciona como la cuarta ciudad más innovadora de Europa. Siguiendo tal tendencia, desde el Barcelona Supercomputing Center, en los últimos 6 años, se han generado diez empresas derivadas, o Spin-offs, que se unen a dicho ecosistema innovador buscando poder desarrollar ciencia de frontera más allá de la academia.

Sin embargo, a nivel europeo y español, todo indica que, pese a ostentar posiciones punteras en el mundo a nivel de generación de conocimiento, ambas localizaciones parecen adolecer del mismo mal: las tecnologías que se transfieren desde centros públicos de investigación, al mercado lo hacen, comparativamente, a cuentagotas.

Con el fin de constatar esta tendencia y para fomentar el desarrollo del emprendimiento originado en investigación pública, el viernes 22 de octubre de 2021, se reunieron para debatir sobre su pasado, presente y futuro siete Spin-offs del BSC. En esta sesión quedó patente la necesidad de generar un ecosistema que pueda mantener interconectado el emprendimiento basado en deep tech y en ciencia de frontera.

En la jornada, enmarcada dentro del programa Innovation Journey de fomento del emprendimiento del BSC y de EuroCC Spain RES, uno de los participantes, Mariano Vázquez, CEO de ELEM Biotech, constataba la escala de empleos y de potencial de crecimiento sistémico que consiguen actualmente las Spin-off del centro. Desde la creación de la primera de ellas, Nostrum Biodiscovery, en 2015 hasta 2021, partiendo de un centro de investigación que hoy por hoy cuenta con alrededor de 750 trabajadores, se han conseguido generar a través de las empresas derivadas, cerca de 100 puestos de trabajo adicionales en Barcelona.

Barcelona en sí misma, ya se caracteriza por ser la tercera mejor ciudad de Europa para emprender, y sus centros de investigación, por su parte, consiguen generar una cantidad de conocimiento que la elevan a la 5ª ciudad europea en producción científica. Sin embargo, parece que, hoy por hoy, la investigación y el emprendimiento han seguido sus propios caminos paralelos de crecimiento ¿ha llegado la hora de facilitarles una intersección?