Máquinas que aprenden a pensar

21 March 2016

saac Asimov publicó en 1950 su libro Yo, robot, cuando la inteligencia artificial estaba algo más que en pañales. Aquí formuló Asimov, por primera vez, sus tres leyes fundamentales de la robótica. El libro de Asimov también abrió la veda para que los amantes de lo apocalíptico fantasearan con un mundo dominado por las máquinas.

Julio Prada es el director para Europa de Inbenta, una empresa española con presencia en Europa, Brasil y Estados Unidos, que se dedica a desarrollar call centers –por ejemplo para Vueling o Movistar– basados en inteligencia artificial. “La inteligencia humana se basa en el aprendizaje, que es algo que llevamos en el ADN. Las máquinas no tienen ADN, tienen código y de momento nadie ha sido capaz de escribir un programa que se reescriba a si mismo. Mientras eso no suceda, y ahora, la intervención humana siempre será necesaria”, dice Prada. Por su lado, el catedrático de la UPC e investigador del Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS), Jordi Torres cree que sí que hay “sistemas que se autoajustan y eso está muy cerca de la autoprogramación”.

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